Con 98 años de historia, este clásico en la confitería alemana ha sabido mantenerse con el paso del tiempo. La Confitería Oro del Rhin es una de las más antiguas de Montevideo.
Su sede original y más antigua se encuentra en el centro de la ciudad (ver ubicación)

CONFITERÍA ORO DEL RHIN, SU HISTORIA
En el año 1923, un joven alemán llamado Hermann Stahl decidió emigrar a Uruguay, impulsado por la hambruna que en ese entonces afectaba su país. Como muchos otros inmigrantes que vinieron al Río de la Plata buscando progresar, Stahl trabajó muy duro para lograr su cometido.
Había estudiado repostería en su país natal, por lo que sus primeros trabajos fueron en algunas confiterías de Montevideo.
Luego decidió cocinar pan y masas alemanas por su cuenta, que luego salía a vender por las casas del barrio Pocitos.
Un año después, Stahl se casó con una uruguaya que se desempeñaba como camarera.
Ya casados, alquilaron un local ubicado en la esquina de las calles Colonia y Convención para establecer su emprendimiento. La confitería fue llamada “Oro del Rhin” en homenaje a la ópera homónima de Richard Wagner.
Vivían en el subsuelo del local y también allí elaboraban sus productos.
Para el año 1937 el negocio contaba con buenas ventas, por lo que Stahl pudo comprar el local. Años después también anexó más locales.
Cuatro generaciones han pasado por la confitería, ya que los hijos y nietos se han hecho cargo de seguir adelante el negocio.

CONFITERÍA ORO DEL RHIN, LUGAR DE VIGENCIA
A la hora del té o después de un día de trabajo, los montevideanos siguen eligiendo esta confitería como una buena opción para degustar masas alemanas de excelente elaboración.



El edificio es un emblema en la ciudad y aún hoy, se sostiene majestuoso frente al paso del tiempo. Dando ese toque clásico y sobrio que una buena confitería requiere.
