La Quinta de Batlle y Ordoñez o “Quinta de Piedras Blancas”, fue la residencia permanente de la familia desde el año 1907 hasta la muerte de José Batlle en el año 1929.


En 1911, al asumir José Batlle por segunda vez la presidencia de la República, la casa se convirtió en sede destacada de la actividad política. Piedras Blancas pasó a ser un barrio conocido en todo el país, dado que el presidente recibía en su casa a grandes personalidades.

HISTORIA DEL LUGAR
La Quinta inicialmente ocupaba un área de 36 hectáreas.
Durante el período en que la familia habitó la quinta, gran parte de sus tierras fueron destinadas a la producción agrícola de diversos productos. Entre los cultivos se destacaban los viñedos a partir de los que se producía jugo de uva y vinos que se vendían en distintos comercios, bares y confiterías de Montevideo.
A su vez, la casa estaba rodeada por un jardín, típico de las quintas burguesas de la época, que combinaba árboles autóctonos y exóticos.


También había en el terreno una casa lindera a la casa principal, destinada para los hijos varones del matrimonio (actualmente es el jardín de infantes No. 381, que está dividido del predio por un gran portón).
Pocos años después de la muerte de Batlle, parte de los terrenos de la quinta fueron loteados y vendidos para la construcción de viviendas.
La casa y el parque jardín fueron donados por sus descendientes al Museo Histórico Nacional en el año 1963.
CARACTERISTICAS DE LA CASA
Recuerda a las villas renacentistas de las afueras de Roma.


Se caracteriza por espacios confortables, aireados y soleados. En el interior, el mobiliario es de origen francés, adquirido por la familia durante su estancia en Europa.
Un elemento singular de confort de vivienda para la época lo ofrecen los tres baños en su interior.

Esta fotografía del año 1911 está expuesta en el museo y muestra a José Batlle y Ordoñez sentado a la izquierda de la puerta principal, y a la derecha su esposa Matilde Pacheco y su hija Ana.
Además, aparecen un conjunto de invitados y personal de trabajo de la quinta.
EL ESCRITORIO DE DON JOSÉ
Está ubicado en el frente de la vivienda, en el sector más iluminado, pensado para largas jornadas de trabajo. Cuenta con una de las tres estufas a carbón que tiene la casa.
El juego de escritorio es de estilo Imperio, con una biblioteca en donde se guardaban los libros de él, separados de los de su esposa.

Esta sala es de gran importancia histórica, ya que gran parte de las decisiones que el presidente tomó en materia de economía y política, fueron llevadas adelante en ese espacio.
Por eso, Piedras Blancas pasó a ser un lugar de referencia por aquel entonces, ya que el presidente recibía allí a visitantes de ámbito nacional e internacional.
En la parte inferior del escritorio hay un timbre. Este era utilizado por el presidente para llamar a su personal doméstico y no moverse de su silla.

La máquina de escribir es del año 1920 aprox.
En ella, José Batlle escribía sus artículos para el Diario El Día, periódico que había sido fundado por él (próximamente publicación del edificio del Diario El Día)

El teléfono de magneto era una novedad para la época, ya que pocas casas en Uruguay contaban con él.
EL PATIO CENTRAL
Al momento de comprar la casa hicieron refacciones, por lo que el patio fue techado con claraboya y con un vitral. El original era muy diferente al actual, ya que tenía un Escudo Nacional de gran tamaño. El vitral actual fue colocado a comienzos del siglo XXI ya que el original se vino abajo.


Bajo el piso de parquet se encuentra una cisterna colectora de agua de lluvia, la cual se conecta con el aljibe que se ubica en el exterior.
Los dormitorios se encuentran rodeando este patio.

Actualmente, este espacio está destinado a actividades culturales.
DORMITORIO DE DON JOSÉ
José Batlle tenía una alta dedicación al trabajo, incluso hasta la madrugada. Por este motivo, don José tenía su dormitorio propio con proximidad y conexión con el escritorio.

También era parte de las costumbres de la época que los matrimonios burgueses durmieran en cuartos separados, y era el esposo quien visitaba algunas noches el dormitorio de su esposa.
El mobiliario está hecho de madera de caoba y palo de rosa.
DORMITORIO DE MATILDE PACHECO
Los encuentros de pareja ocurrían en la habitación de la mujer. Por eso la cama de Matilde era más grande que la de su esposo.

El juego de dormitorio es de estilo Luis XV en madera de caoba.


Esta habitación se comunicaba con el dormitorio de su hija Ana y también con una sala de lectura. Allí se encontraba la biblioteca de Matilde, que se mantiene hasta la actualidad con más de 550 libros.
SALA DE MÚSICA
Espacio dedicado al ocio, conversaciones familiares o escuchar música. Los grandes retratos de Matilde y José son los que estaban en la sala.

Lo mas destacado de este espacio es el piano de cola de origen alemán. Era la hija mas chica, Ana Amalia, quien estudiaba este instrumento con una profesora que le daba lecciones allí mismo.
Era tan fuerte el vínculo de la hija con el piano, que algunos relatos señalan que su cuerpo fue velado encima del instrumento cuando murió a los 18 años de edad en 1913.
En una esquina de la sala puede observarse también una vitrola, muy utilizada por la familia.


La Quinta está declarada Monumento Histórico Nacional
Horarios:
* Del museo: de martes a sábados de 11 a 17 hs.
* Del jardín: de martes a sábados de 10 a 18 hs.
* Visitas guiadas: todos los sábados a las 15 hs.
Javier o Victoria son quienes las dan con tremenda onda 🙂
La entrada es libre y gratuita.
A tener en cuenta:
En la actualidad, el barrio Piedras Blancas no es lo que era en la época de Batlle 🙁
Lamentablemente, la Quinta está en medio de lo que hoy en día está considerado zona roja o peligrosa, por lo que no es aconsejable tener cámaras de fotos o celulares a la vista antes de entrar al predio.
Luego del ingreso todo bien, ya que adentro hay personal de seguridad custodiando el lugar 🙂
